El manifiesto del director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, acerca de la comunidad, el cual fue publicado la semana pasada en Facebook, analizó acertadamente el estado del periodismo: denunció el sensacionalismo y declaró que “una industria noticiosa fuerte también es esencial para construir una comunidad informada”. Darle voz a la gente, dijo, “no es suficiente si la gente no se dedica a revelar y analizar nueva información”. Incluso señaló que “leer noticias locales se correlaciona directamente con la participación cívica local”.
Desafortunadamente, su comunicado ignoró dos puntos cruciales: el papel que Facebook y otras plataformas tecnológicas desempeñan a la hora de dañar involuntariamente a los medios noticiosos locales, así como la forma en que podrían salvar al periodismo, con un compromiso filantrópico masivo.
Los medios noticiosos locales son débiles en parte porque los modelos de negocio han colapsado. La razón principal es que, conforme el gasto en publicidad cambió de la imprenta, la televisión y la radio al internet, el dinero en buena medida no llegó a las organizaciones noticiosas digitales. En cambio, llega cada vez más a Facebook y Google.
De los 59 mil millones de dólares que se invirtieron en toda la publicidad digital de 2015 —a través de millones de sitios web, por parte de millones de anunciantes— el 60 por ciento fue para esas dos empresas. Y el porcentaje se eleva: la mayor parte del aumento en publicidad digital en 2016 fue para ambas compañías. Un analista calculó que conforme las ganancias de Facebook y Google mejoraron, las de “todos los demás” disminuyeron.
Puesto que sus habilidades para hacer que la publicidad llegue a su destino son tan efectivas, su poder con negocios locales no podrá sino crecer. Cerca del 25 por ciento de la publicidad digital de Facebook proviene de negocios locales, de acuerdo con Borrell Associates, una de las principales empresas que analizan medios.
Para ser claros, Facebook y Google no están siendo maliciosos. No es como la industria del tabaco, que conscientemente intenta hacer que las personas sean adictas a un producto que los mata. Al contrario: estas empresas se llevan la rebanada más grande del pastel porque los productos publicitarios que ofrecen son muy buenos. Les están ahorrando cantidades gigantescas de dinero a los negocios locales.
Pero solo porque el resultado no sea intencional no significa que sea una fantasía: las redacciones se han visto diezmadas y el resultado ha sido que los reportajes para rendición de cuentas básicos se han reducido.
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