El fin de los cibers
Todos sabíamos que los cibercafés iban a cerrar tarde o temprano, y que simplemente durarían abiertos mientras la gente no tuviese en su casa una conexión decente a Internet y un equipo con el que conectarse. Y así fue, como moscas fueron cayendo uno detrás de otro hasta quedar hoy en día sólo sobreviven unos pocos destinados a los turistas y a aquellos estudiantes que se ven en el apuro de imprimir alguna entrega a altas horas de la madrugada.
Cibercafés: La época dorada | PixFans
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